lunes, 24 de septiembre de 2012

¿La felicidad está relacionada con la riqueza?


En este mes se publicó en la revista “todo en domingo” que se publica todos los domingo en el periódico el Nacional en Venezuela el siguiente articulo “Felicidad a la Criolla” y cuál es mi sorpresa que me encontré que “Venezuela tiene años en los primeros puestos de los rankings de felicidad que han realizado diversas instituciones, el más reciente el World Happiness Report 2012 de la Universidad de Columbia, en el que aparece como el país más feliz de Sudamérica”. Sin embargo, esta afirmación ha causado escepticismo en algunos de mis amigos, que señalan que cómo es posible que Venezuela sea el país más feliz de Sudamérica, cuando posee el índice más alto de inseguridad en dicha región, por esta razón trataré de explicar cómo puede ser posible estos resultados y tratar de explicar acerca de algunos mitos que tenemos de la felicidad.

Unos de los obstáculos para conseguir la felicidad es que la mayoría de nuestras creencias acerca, de lo que nos hará felices en realidad son erróneas, aunque las hayamos adquiridos a base de repeticiones, nos hayan convencido nuestros compañeros y nuestros familiares y hayan sido reforzadas por las historia y las imágenes omnipresentes en nuestra cultura. Unos de los primero mitos es que la felicidad es algo que tenemos que encontrar, que está allí afuera esperando en alguna parte, en un lugar que queda fuera de nuestro alcance, una especie de paraíso terrenal. Podríamos llegar hasta allí, claro que sí pero solo si ocurren las cosas correctas: si nos casamos con el príncipe azul, si conseguimos el trabajo soñado, si adquirimos cosas materiales como un coche, casa etc. Lo importante, saber que la felicidad no está allí fuera, esperando que la encontremos y a la descubramos. Y no esa allí fuera por la sencilla razón que está dentro de nosotros. Por más banal que se escuche la felicidad es una estado mental que depende de cada individuo, un ejemplo de esto es,  Viktor Frankl un psiquiatra que fue prisionero en el campo de concentración auschwitz,  señala en su libro “el hombre en busca de sentido”, que el hombre puede conservar un reducto de libertad espiritual, de independencia mental, incluso en aquello crueles estados de tensión psíquica y de indigencia física,  pero la elección o la responsabilidad es individual, para decidir su propio destino, por lo tanto, si quieres ser feliz mañana, y todos los días de tu vida, tiene que elegir tu actitud ante la vida y manejar tu estado mental, por lo tanto, el único responsable de tu bienestar psicológica y de tu estado mental eres tú. (Lyubomirsky, 2011)

Otra falacia es la noción de que solo seriamos felices si cambiaran un poco las circunstancia de la nuestra vida. Esta manera de pensar es lo que llama Lyubomirsky, (2011) la autora del libro “La ciencia de la felicidad” “sería feliz si….” y pasamos la vida esperando aquello o alguna cosa, que si la tendríamos nos haría feliz… Pero cuando la tenemos, aparece otra necesidad y pareciera que la felicidad depende de objetos o cosas sin sentido… pero pregunto ¿En cuántos minutos eres feliz si lo tienes? Y Después, iremos por otro cosa, para volver ser felices.

También es importante señalar, que aunque no te lo creas por  ir a trabajar en un carro de lujo, que seas joven o viejo, que tengas más tarjetas de créditos, que vivan en una zona o otra de Caracas o España, tus oportunidades de ser feliz y de llegar a ser más feliz son más o menos la misma… En una investigación realizada se encontró que en EEUU en 1940, aproximadamente un tercio de los hogares no tenia agua corriente, ni váter, ni ducha y más de la mitad de la población no tenia calefacción central. Si en 1940 tenias 25 años o más, solo tenías un 40 % de probabilidades de haber acabado la primaria, un 25% de probabilidades de haber acabado la secundaria y apenas un 5% de probabilidad de haber acabado la universidad. Cuando se pedían que valoraran su satisfacción general en la vida, decían que eran muy felices con una puntuación media de 7,5 sobre 10. Aparentemente, el mejor trabajo del mundo  y los aparatos adicionales que tenemos en realidad no nos hacen felices, aunque pensemos que sí. Las personas ricas tienen mucho más bienes materiales que las demás personas, pero algunas  investigaciones demuestran que no son mucho más felices. (Lyubomirsky, 2011)

Cuando observamos una publicidad en cualquier revista, donde vemos mujeres hermosas con ropa de marca y accesorio marcas, observamos una sonrisa en su cara… decimos ¡que feliz es…! y también existe expresiones ¡si ganará la lotería… fuese tan feliz!… sin embargo, esto no nos hace más feliz, por más que uno alcance finalmente sus objetivos monetarios, esto no se traduce en un incremento de la felicidad. En un estudio de 792 adultos adinerados, más de la mitad afirmo que la riqueza no les daba más felicidad, y un tercio de lo que tenían un activo que superaba los 10 millones de dólares dijeron que el dinero producía más problemas de lo que resolvía, además tiene mayor probabilidad de sentir angustia e ira todo el día. (Lyubomirsky, 2011)

Después de haber explicado un poco cuáles son algunos de los mitos que tenemos de la felicidad, podríamos señalar que Lyubomirsky, (2011) en su libro señala que para desarrollar la felicidad, recomienda algunas actividades o modo de vivir tales como: ver el lado positivo del trauma, consiste en buscar algo valioso o bueno en una pérdida o en un acontecimiento negativo de la vida, es como cambiar la perspectiva de la vida, sentir que la vida tiene más valor, por ejemplo en Venezuela tenemos la capacidad, de cambiar los acontecimientos de la vida, por chistes, así como lo observamos en la pagina web que se llama "Chigüire bipolar", que cambia las noticias de la realidad que existe en el país, por una realidad utópica o por una comedia irreal, solo con el objetivo de generar risa y humor, de los acontecimientos de la vida y de sus consecuencias, como por ejemplo tienen algunos titulares como: “Chávez pide a Dios, que se lleve a Diosdado, al gato o al que sea, pero a él no…”;  “Chávez amenaza: si pierdo, lo único que sonará en las radios será Maná”, “ 5000 secuestradores Venezolanos celebran aprehensión de un mercenario gringo…” es cambiar la perspectiva real, por una que pueda generar alegría o risas y a su vez quitarle importancia a los acontecimientos. Además, un ejemplo de esto es el artículo de Laureano Márquez: ser Venezolano que señala:

“Ser venezolano es resolver con lo que se consigue, preparar un desayuno con lo que sobró de ayer. Ser venezolano es tener pasión por la música, cantar y bailar sabroso. Es tomarse una cerveza fría en la mañana para matar el ratón ( resaca ) de ayer. Ser venezolano es encomendarse a La Virgen, pedir la bendición, es persignarse antes de emprender algo importante. Ser venezolano es ser contradictorio, es tener un país en los sueños y otro en la práctica cotidiana, también tener la certeza de que todo va a estar bien. Es criticarnos a nosotros mismos y decir: “bueno, es que somos así, qué vamos a hacer” o “por eso estamos como estamos”. Ser venezolano es creer que somos un país rico, no tolerar al abusador cuando el que no abusa es uno. Ser venezolano es ser sensible ante el dolor ajeno, echarle una mano al otro, ser compasivo, perdonar y no ensañarse con el que está en desventura. Ser venezolano es hablar una lengua diferente, muy parecida al español, pero mucho más rica, llena de gestualidades, de palabras nuestras. Ser venezolano es vivir con la certeza de que no hay mujeres más bellas que las nuestras, de que tenemos cielo, selva, nieve y playas fabulosas al alcance de la mano. Ser venezolano es contar con el humor, con una gracia característica de esta Tierra de Gracia, que, como en el Jardín de Epicuro, nos permite reír de la insensatez sin que caigamos en la debilidad de odiarla.

Por otro lado, las psicólogas María Elena Garassini y Pura Zavarce, en el capítulo "El bienestar de los venezolanos", del libro La felicidad duradera, afirman que en el ámbito de las relaciones y vínculos, resalta la importancia de contar con una pareja funcional y de redes de apoyo, representadas por la familia y amigos, para la construcción de una percepción positiva de felicidad y bienestar de las personas en su vida. "Estas dimensiones son altamente valoradas en la cultura o la idiosincrasia del venezolano", y también lo señala Lyubomirsky, (2011), que el apoyo social, las relaciones interpersonales, cómo afrontamos los problemas, hacen que cada día nuestro estado mental cambie y podamos ser más felices, en Venezuela hay expresiones que señalan como debes ver los problemas… “No hay mal que por bien no venga” "Al mal tiempo buena cara..." o “pa´lante es para allá”, expresiones que utilizamos siempre para ver el lado positivo de las circunstancia de la vida, sino hacemos un chiste, para reírnos, con el objetivo de que nos de fuerza, para continuar el camino.  Sin embargo, no debemos olvidar que la felicidad es una decisión personal e individual, y las circunstancias pueden ser adversas pero quien decide su estado mental eres tú.